Centro Cultural de Taganana


Situación:

Taganana, Isla de Tenerife
Fecha:
1992
Promotor:
Excmo. Cabildo Insular de Tenerife.
Arquitectos:
Federico García Barba
Constructor:
Herlecam, S.L
Colaboradores:
Antonio Hernández Santos, Alejandro Cordero Díaz, Arquitectos Técnicos
Fotografía:
Jorge Nerea
Premios:
Selección Premio Oraá de Arquitectura Canaria 1992-93

 

 

 

 

El emplazamiento  en el que se sitúa este equipamiento público se halla en una de las laderas al oeste del caserío de Taganana que se caracteriza por una extremada pendiente, superior al 30 %. Para acceder al lugar existía un pequeño camino de un ancho inferior a cuatro metros que también sirve a otros edificios de la zona así como al colegio público, terminado también en fechas recientes.

 La inserción del nuevo edificio se basó en la reutilización de las técnicas constructivas empleadas en los aterrazamientos tradicionales. El abancalado se ejecutó mediante muros de mampostería de piedra basáltica, evitaba la aparición de grandes volúmenes construidos. Así, un primer muro de contención sirve para delimitar el frente de la parcela, establece una pequeña plaza de acceso. En los dos extremos de este muro conformado a la manera de zócalo del edificio, se colocan las escaleras que definen el acceso hacia el edificio.

 A continuación, se construyeron dos muros autoportantes de mampostería de gran espesor que se apoyan sobre la plataforma ya creada conformando las fachadas del cuerpo bajo del edificio. En este nivel se situaron los espacios que requerían un acceso más directo del exterior: el salón de actos y la pequeña cafetería con sus dependencias auxiliares.

 En la segunda y última planta se situaron las dependencias de menor uso, destinadas a una pequeña  biblioteca y los despachos de las dos asociaciones de vecinos existentes en el barrio. Este cuerpo se configuró siguiendo el modelo volumétrico de vivienda rural tradicional, consistente en un cuerpo rectangular bajo cubierta a cuatro aguas; ello responde a los deseos expresos de los responsables municipales y tiene su justificación en la voluntad de recuperar una imagen arquetípica de la arquitectura popular.

 Todos estos elementos de carácter heterogéneo que intervienen en la definición de la obra, junto con la vegetación existente en el exterior, han permitido una integración mayor del edificio en el paisaje del lugar. La imagen final del edificio, que se puede apreciar desde la carretera general de acceso, rememoraría a una pequeña casa tradicional situada sobre dos bancales de cultivo inmersa dentro del conjunto del caserío de Taganana.